¿Qué hacer si mi hijo no quiere comer ni fruta ni verdura? Aquí te damos algunos consejos para que lo consigas porque tanto las frutas y las verduras son necesarias para su crecimiento. Y también sabemos que esta pregunta: ¿qué hago si mi hijo no quiere comer frutas y verduras? es más habitual de lo que realmente nos gustaría.
Cuando nuestro hijo empieza a comer alimentos diferentes a la leche, surge el temor a que no le gusten y no se coman los alimentos más delicados para nuestros peques: las verduras, las frutas, el pescado y las legumbres. Y cuando llega el día… “pone caras raras”, “no le gusta”, “lo escupe”, “cierra la boca”… y cuando crecen, hay épocas en las que la situación no cambia: “no quiero”, “no me gusta”, “qué asco”… Y saltamos a la búsqueda de por qué mi hijo no quiere comer.
Cuando los alimentos que rechazan son las frutas y las verduras nos preocupamos más. ¿De dónde va a sacar ni no las vitaminas, fibra y minerales que necesita? ¿Cómo tengo que actuar en estos casos?
Vale. Mi hijo no quiere comer frutas y verduras, pero tampoco le obligues
Nunca hay que obligarles, sean bebés o niños mayorcitos. Cuando son bebés es normal que no les gusten los nuevos sabores. Están acostumbrados a un alimento dulce, suave y cálido como es la leche.
De repente les damos una cucharada de fruta, muchas veces ácida, de textura muy diferente y fría… ¿no pondríais mala cara?
Hay que evitar que asocien la hora de comer como un martirio o una batalla campal, ni para ellos ni para nosotros.
Pero si mi hijo no quiere comer frutas y verduras... ¿no le obligo?
No le obligues pero no dejes de ofrecerle frutas y verduras.
Varios estudios concluyen que la aceptación de los alimentos mejora si se los vas mostrando poco a poco. Es decir con una frecuente exposición delante de los ojos de los más peques. Las frutas y las verduras tienen que probarlos a veces hasta diez o quince veces antes de que las acepten definitivamente. Así que las mamás y los papaás se han de armar de paciencia hasta que al final se las coman. Y no sufras. Que tarde o temprano se las comerán. Lo único que se necesita es ser un poquito constante.
Lo que se puede hacer es cambiar la presentación y la manera de dársela hasta dar con la solución. Prueba primero a trocitos pequeños. Puedes optar por hacer purés. Las puedes poner crudas o hervidas. Los zumos suelen ser una magnífica opción al principio, hasta que se las coman enteras. También puedes mezclar las frutas con yogur o con sus cereales favoritos.
Repetimos. Jamás les obligues de manera muy forzada. Si lo haces conseguirás el efecto contrario. Que les cojan mucha aversión y que jamás las consuman. Estas son algunas de las soluciones para dar respuesta la pregunta de si mi hijo no come frutas y verduras qué es lo que hay que hacer
“Mi hijo no quiere comer ni fruta ni verdura”… ¿y tú, lo haces? Hay que darles ejemplo
Comer en familia es una de las razones más importantes para conseguir buenos hábitos, ya que nuestros hijos nos imitarán (en lo bueno y en lo malo). Por tanto, si ven que nosotros no comemos fruta o no nos gusta la verdura, probablemente a ellos no les apetezca probarla.
En cambio, si ven que forman parte del menú diario de la familia, tarde o temprano acabarán cediendo. Comerán en mayor o menor cantidad, les gustará más unas u otras, pero es normal ya que también tienen sus gustos y aversiones, como nosotros.
Ellos no deben elegir (para eso estamos nosotros), pero sí podemos dejar que muestren sus preferencias, por ejemplo: “¿Te apetece más sandía o melocotón?”.
Cuidar un poco más la presentación
Hay que dar una oportunidad a la imaginación y despertar la curiosidad. El aspecto, la presentación y la combinación de colores, de texturas y de sabores es fundamental para captar la atención y despertar el apetito de los públicos más reticentes. No es que queramos que te conviertas en un Master Chef, pero estos pequeños consejos ayudarán:
· Destacar el color de las verduras
Entre la receta simple y el plato sofisticado hay términos medios. La clave está en sacar provecho de los colores de las verduras. Si son de temporada, mejor, pero siempre se puede recurrir a los congelados o a las conservas para poner un toque de verde, rojo o morado.Los vegetales al vapor mantienen más su sabor natural y su color. Las menestras presentadas de manera original son más atractivas e, incluso, pueden conformarse en gelatina.
Además, no hace falta que las verduras sean el plato principal. Pueden actuar como guarnición o como cremas que acompañan una ración de proteína o incluirla en el mismo plato como una tortilla de verduras.
· Las legumbres, bien acompañadas
Las lentejas no protagonizan el más popular de los platos de cuchara, ni tampoco otras legumbres. Además, si no se cocinan bien, no se digieren todo lo bien que gustaría. No obstante, las legumbres tienen una riqueza nutricional en proteína, grasa saludable, fibra y minerales que las hace imprescindibles en una dieta equilibrada.
Las legumbres pueden servirse con una crema con champiñones o puré con zanahoria, como ensalada de legumbres o judías blancas acompañadas con salmón o guisantes con huevo y gratinadas. Los garbanzos pueden ser hamburguesas, y una receta de habas con cebollita y jamón.
· Ofrecer un pescado atractivo: si triunfa, se impone
“No sabe a nada, sabe mucho a pescado, es feo, tiene espinas…” Las pegas al pescado se repiten. Hay que dejar de lado los pescaítos fritos y la merluza rebozada. Hay que arriesgar y, si es necesario, añadir a las recetas guarniciones contundentes a base de verduras.
Una dorada en papillote o unos salmonetes con salsa de naranja son ejemplos de cómo ganar la batalla contra el pescado.
· Presentaciones apetitosas
El uso de ingredientes inusuales es un recurso muy útil para resaltar el sabor, textura y el color de una receta típica. Se pueden añadir germinados a ensaladas, tortillas, sopas y esparcir por encima de una carne o un pescado a la plancha para resaltar su presencia.
La adición de vegetales curiosos y pocos habituales como la rúcula, canónigos o espinacas crudas da un sabor rico y poco común a las ensaladas. Alimentos como la cebolla caramelizada, salsas ligeras, frutas, frutos secos y vinagretas, aceites y vinagres aromáticos o mezclas de especias, ayudan a enmascarar los sabores que menos nos gustan y, sobre todo, es una buena manera de sustituir la sal en el caso de las especias.
Pues bien. Estos son algunos consejos para que no tengas que preocuparte si mi hijo no come frutas y verduras. Con ellos, seguro que lo conseguirás más pronto que tarde.
Si quieres saber algo más sobre la importancia que tiene en los más peques que coman fruta y verdura te recomendamos que leas este post.
¿Cómo haces que tu hijo coma frutas y verduras y, en definitiva, aquellos alimentos que son necesarios para su buen desarrollo? ¿Tienes algún secreto para conseguirlo? Dínoslo en los comentarios y compártelo con todos nosotros?
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CINTIA SEGURA, Dietista-Nutricionista y Coach Nutricional
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